VIDAS / LA MIRADA DEL ARTISTA
[VIERNES 18 DE ENERO, 2008] [CURADURÍA: ALEJANDRO SÁNCHEZ SÁNCHEZ]
En el Larousse o en Wikipedia, fácilmente podemos encontrar la definición de la palabra vida. Al igual que “La vida inverosímil”, “El origen del universo” o cualquier otro libro científico que aborde el tema, profundizarán en dicho concepto y nos llevarán millones de años atrás en una narración poco creíble. Pero la mirada del artista no ve una vida, no conoce un concepto, sino que observa las vidas en la particularidad de lo maravilloso, lo detestable o lo irrelevante de cada una de ellas; dicha función lo lleva a ser un observador constante de los cientos, miles o millones de vidas con las que él mismo convive a diario. El quehacer artístico de todos los tiempos refleja, siempre ha reflejado, el entorno cotidiano, las preocupaciones, los éxitos, las alucinaciones y los cuestionamientos infinitos de las vidas humanas. Es el artista, el que funciona como un termómetro de una sociedad en una época determinada; es aquél ser sensible y capaz de detectar distintas temperaturas, visualizarlas, materializarlas y exhibirlas.
Anabel Flota, Anylú Escalante, Pedro Medina, Jimena Castilla, Antonio Rizo y Denisse Acevedo participan en esta muestra en la que un xek (mezcla) sería la analogía perfecta, en cuanto a que plasma la diversidad formal e ideológica de las muchas maneras de hacer y de vivir, sin importar vanguardismos, tendencias o estilos. Los artistas invitados, todos jóvenes residentes yucatecos, integran una exposición termométrica de vidas, de las propias y de las que son testigos concientes o inconcientes. En el enfoque de la belleza de una hoja bañada por el rocío, la artista reza, más que a la ilustración botánica, a un apunte particular sobre una vida en simpatía con lo simple y lo natural; el retrato distorsionado de unas trillizas es desconcertante para la vista, pero también alude a una vida en donde la familia y el misterio de la Trinidad surgen como una autoridad en detrimento.
Qué bueno que la diversidad es característica fundamental en la profesión artística. Se dice que el artista es “open minded”, mal entendiéndose éste término como lo bohemio, lo extravagante o lo apegado a la subcultura. Si algo le caracteriza, no es una mente abierta como un boquete en el cráneo, sino la capacidad de percibir que existen vidas y no sólo vida; el reto consiste en saber capturar las particularidades de cada una de ellas y recalcar, reclamar, promover o incitar una reacción o reflexión en el espectador, que, por su parte, es también dueño de una vida.
“En la periferia del arte se encuentran jóvenes artistas emergentes dispuestos a sobresalir en su función social mediante sus reportes de vidas, que algunos llaman arte”.
Anabel Flota, Anylú Escalante, Pedro Medina, Jimena Castilla, Antonio Rizo y Denisse Acevedo participan en esta muestra en la que un xek (mezcla) sería la analogía perfecta, en cuanto a que plasma la diversidad formal e ideológica de las muchas maneras de hacer y de vivir, sin importar vanguardismos, tendencias o estilos. Los artistas invitados, todos jóvenes residentes yucatecos, integran una exposición termométrica de vidas, de las propias y de las que son testigos concientes o inconcientes. En el enfoque de la belleza de una hoja bañada por el rocío, la artista reza, más que a la ilustración botánica, a un apunte particular sobre una vida en simpatía con lo simple y lo natural; el retrato distorsionado de unas trillizas es desconcertante para la vista, pero también alude a una vida en donde la familia y el misterio de la Trinidad surgen como una autoridad en detrimento.
Qué bueno que la diversidad es característica fundamental en la profesión artística. Se dice que el artista es “open minded”, mal entendiéndose éste término como lo bohemio, lo extravagante o lo apegado a la subcultura. Si algo le caracteriza, no es una mente abierta como un boquete en el cráneo, sino la capacidad de percibir que existen vidas y no sólo vida; el reto consiste en saber capturar las particularidades de cada una de ellas y recalcar, reclamar, promover o incitar una reacción o reflexión en el espectador, que, por su parte, es también dueño de una vida.
“En la periferia del arte se encuentran jóvenes artistas emergentes dispuestos a sobresalir en su función social mediante sus reportes de vidas, que algunos llaman arte”.
Alejandro Sánchez Sánchez